top of page

Todos tenemos grandeza dentro de nosotros

  • Marielos Barrón
  • 17 jul
  • 3 Min. de lectura

Hace algunos años, alguien me dijo una frase que jamás he olvidado: “La grandeza ya vive en ti, solo tienes que creerlo.” En ese momento resonó en mi cabeza, pero pasado unos días eso solo se convirtió en un recuerdo. Hoy, después de afrontar diferentes retos personales y pérdidas familiares, ese comentario vino a darle sentido a mi vida ya que no solo era cierto, si no que era urgente hacerlo, ya que somos nosotros mismos los únicos que tenemos la capacidad de sanarnos, amarnos y cuidarnos. 


Cuando creemos en nosotros mismos, todo cambia: cambia cómo pensamos, cómo trabajamos, cómo nos relacionamos y cómo vivimos. En ConCrédito he aprendido que todos los días somos parte de algo más grande que nosotros mismos: acompañamos sueños, impulsamos familias, transformamos vidas. Pero muchas veces, sin darnos cuenta, olvidamos creer en nuestra propia capacidad de brillar. Hoy quiero compartirte, como interpreto la grandeza de nuestro interior y espero también darte algunas herramientas para que conectes con la tuya.


Iniciemos primero con: ¿qué significa realmente creer en uno mismo?


Para mí es amarte, aceptarte y respetarte tal y como eres, reconocer con valentía tus defectos y abrazar tus virtudes. Es reconocer que no necesitas tener todo resuelto para empezar, solo necesitas empezar a tener fe, confiar en el proceso y saber que vas a aprender en el camino.


Tu grandeza no tiene que ver con ego, ni perfección. Solo es saber que vales, que puedes, y que mereces estar donde estás. Que tu historia, tus errores y tus talentos son válidos. 

Una de las claves para empezar a conectar con mi grandeza fue reprogramar mi mente, durante mucho tiempo, me repetí frases como “no soy buena para esto” o “seguro alguien más lo puede hacer mejor”. Esas frases, aunque pequeñas, tienen un impacto enorme en cómo nos sentimos y actuamos.


Un día decidí cambiar mi diálogo interno. Empecé a decirme: “Estoy aprendiendo”, “sí puedo”, “me lo merezco”, “valgo”. No ha sido fácil, pero poco a poco noté cómo mi actitud cambiaba. Me sentía más segura, más dispuesta, más motivada. 


También descubrí que cuando conectamos con nuestra parte espiritual ya sea desde la fe, la meditación, o simplemente en un momento de silencio encontramos una fuerza interior que nos recuerda quiénes somos y para qué estamos aquí.


Creer en ti también te ayuda a poner límites, a elegir con quién rodearte y a construir relaciones que sumen a tu bienestar.

Si estás leyendo esto, quiero decirte algo desde el corazón: tú también tienes grandeza. Tal vez no la ves todos los días, tal vez la has olvidado por las prisas o por el miedo, pero sigue ahí.


Creer en ti es una práctica diaria. Es un acto de amor propio. No se trata de lograrlo todo de golpe, de sentirte espectacular o estar bien todos los días, es dar un paso cada día, abrazar los momentos difíciles, hacerte consciente de tus pensamientos y creencias, pero sobre todo, es el mayor acto de amor que puedes hacer todos los días por ti. 


Otra herramienta que me ayudó a conectar con mi grandeza es anotar los pequeños logros alcanzados. Toma una libreta y escribe todas aquellas acciones que has hecho y que quizá antes nunca lo hubieras pensado posible, pasado un tiempo toma la libreta y léela, te puedes dejar un mensaje bonito para tu yo del futuro. 


Por último, mi arma secreta fue tener fe. Fe en que existe algo superior a nosotros que nos lleva de su mano y nos muestra el camino correcto. Confía en el proceso, las cosas pasarán en el momento indicado y lo que está destinado a pasar, será.


Trabaja en las cosas que quieres, respétate y respeta a los demás. Verás como las cosas simplemente sucederán. 


Gracias por leerme, te dejo mi mantra con el que inicio y termino mi día. 

Señor dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para reconocer la diferencia. 


ree

Comentarios


bottom of page