Del caos al propósito: prioriza lo que realmente importa
- Yazmin
- 18 sept
- 2 Min. de lectura
Con el tiempo he aprendido que priorizar no siempre significa hacer más cosas, ni tampoco hacerlas más rápido. Priorizar, al menos para mí, se ha convertido en un ejercicio de claridad. Es decidir, con intención, dónde pongo mi energía, mi atención y mi tiempo.
En el día a día, no siempre es obvio qué merece ir primero. A veces todo parece necesario, todo tiene fecha, todo se presenta como algo que “hay que resolver ya”. Pero si escuchamos con un poco más de atención, nos damos cuenta de que no todo lo urgente es importante, y no todo lo importante grita.
He notado que lo urgente suele venir desde afuera: un mensaje que llega, una notificación, una fecha límite marcada en rojo. En cambio, lo importante nace desde dentro: lo que construye, lo que suma, lo que sostiene nuestras metas a largo plazo. Lo urgente quiere acción inmediata. Lo importante pide espacio, intención y profundidad.
No se trata de ignorar lo urgente —a veces hay que actuar rápido, claro— pero sí de no dejar que lo urgente tome el control absoluto. Si vivimos solo reaccionando, perdemos la capacidad de elegir.
Algo que me ayuda a distinguir entre lo urgente y lo importante es preguntarme: “¿Esto me acerca a lo que realmente quiero construir?”
No siempre la respuesta es clara al instante, pero la pregunta sola cambia el enfoque. Me obliga a pausar por un segundo y ver más allá de lo inmediato.
También me gusta visualizar mi día como si fuera un espacio limitado —una mesa, por ejemplo— donde solo caben unas pocas cosas. ¿Qué merece estar sobre la mesa hoy? ¿Qué puede esperar? ¿Qué ni siquiera debería entrar?
Priorizar no es solo una estrategia de productividad. Es, en el fondo, una forma de vivir con intención. Elegir lo importante, aunque no sea lo más urgente, es una declaración: “esto vale”. Y eso, con el tiempo, moldea no solo nuestros días, sino también nuestros resultados y nuestra satisfacción.
Creo que en un mundo que premia la inmediatez, aprender a priorizar lo importante es casi un acto de rebeldía consciente. Un pequeño gesto de autonomía.
Y vale la pena.
Cuentame: Si hoy solo pudieras hacer tres cosas, ¿cuáles elegirías y por qué? Te leo en los comentarios.





Comentarios